¿Cuál es el sérum facial más efectivo?

Un buen sérum debe incorporar una alta concentración de ingredientes activos capaces de regenerar las células de la piel. Dependiendo de las necesidades de tu piel escogerás uno antiedad, hidratante, antimanchas, para piel grasa, con vitamina C, ácido hialurónico, etc.

¿Para qué sirve un sérum?

Es un cosmético que se puede utilizar todos los días e incluye una alta concentración de principios activos. Las partículas que incluye un sérum son muy pequeñas, por lo que es más fácil que penetren en las células de la piel mejor que otros productos de cuidado facial. La mayoría de sérums son de base acuosa pero también los hay en formato gel. Suelen incorporar ingredientes como el retinol, niacinamida, vitamina C, ácido glicólico o ácido hialurónico.

Se diferencia de las cremas hidratantes, en que los sérum tienen una concentración mayor de principios activos, superior al 70%. Por eso no es necesario aplicar tanta cantidad, además sus efectos son más inmediatos.

No se recomienda usar un sérum que lleve aceite, ya que estos evitaría la correcta penetración del producto en nuestra piel dejando la superficie grasa. Además impediría la absorción correcta de la crema hidratante que aplicáramos posteriormente. Solo se deben utilizar si tu piel es muy seca.

¿Es mejor un sérum que una crema?

Los beneficios de un sérum siempre han sido muy valorados por los dermatólogos gracias a su alto grado de concentración de ingredientes. Pero no por ello debemos dejar de utilizar una crema facial. Por regla general los sérum son compatibles con cualquier crema mejorando así los resultados finales.

Hay un sérum específico para cada tipo de piel ya sea grasa, seca o mixta. Si es la primera vez que pruebas un sérum te recomendamos que no dejes a un lado tu crema hidratante. Puedes usarlo como complemento para que los dos sean aún más efectivos.  

La principal diferencia entre una crema y un sérum facial está en su textura y su función. Mientras las hidratantes actúan como una capa protectora contra las partículas de contaminación, los sérum penetran en la piel con más facilidad y son absorbidos rápidamente.

Cómo elegir el mejor sérum

Siempre queremos lucir un rostro lleno de luz y brillante, pero es la parte de nuestro cuerpo que más expuesta está la contaminación ambiental. Por eso requiere de unos cuidados intensivos que van más allá de utilizar solo una crema hidratante. En primer lugar debes saber el tipo de piel que tienes para encontrar el sérum más adecuado a tus necesidades. Es la mejor formar de dar con el producto que mejor va a ir a tu piel y así obtener resultados más satisfactorios. Cada tez es diferente y no existe un sérum que sea universal para todas. A la hora de elegirlo también debes de tener en cuenta la época del año. Por ejemplo en los meses de invierno lo óptimo sería utilizar un sérum hidratante, ya que el ambiente suele ser más seco y necesitamos esa dosis extra de humedad. Por el contrario en verano podemos optar por uno de base acuosa. Te animamos a que pruebes diferentes tipos hasta que encuentres el sérum ideal que mejor vaya a tu piel.

¿Cómo se aplica correctamente un sérum?

  1. El primer paso consiste en limpiar el rostro con un gel o espuma limpiadora para retirar la suciedad y las impurezas. *Truco: puedes colocarte una toalla humedecida con agua caliente sobre el rostro antes de aplicar el sérum, de esta manera abrirás los poros y los activos concentrados penetrarán mejor en la piel.

  2. Después con la ayuda de la pipeta o la ampolla deja caer varias gotas sobre tu cutis y masajea con la yema de los dedos suavemente. No es necesario que te excedas en cantidad ya que eso no hará que sea más efectivo.

Esperamos unos minutos hasta que se haya absorbido completamente y seguidamente aplicamos nuestra crema facial habitual.

Tipos de sérums más recomendados

Podemos encontrar una amplia gama de sérums faciales cada uno adecuado a diferentes necesidades cutáneas o problemas de la piel. Los más deseados suelen ser los sérum antiarrugas que incorporan ingredientes como el retinol, ácido hialurónio, antioxidante o colágeno. Pero también hay otros específicos para problemas de acné, piel grasa, antimanchas, para piel seca, piel sensible, revitalizantes…

Sérum antiedad

Para lucir un rostro más juvenil y fresco pues optar por un sérum antienvejecimiento para deshacerte de las arrugas. Te puedes decantar por uno que incluya retinol o ácido hialurónico.

Sérum con antioxidantes

Este tipo de sérum acaba con los efectos producidos por los rayos del sol y los radicales libres. Los antioxidantes tienen la capacidad de regenerar las células y restaurar la superficie de la epidermis. Suelen incorporar activos como: betacaroteno, vitamina C, vitamina E, niacinamida y retinol.

Sérum con niacinamida para piel grasa y poros dilatados

Es el más indicado para pieles grasas ya que cuenta con propiedades que regulan el sebo, disminuye la aparición de rojeces y reduce el tamaño de los poros. También es capaz de aumentar la producción de colágeno y mejorar la textura de piel. Además tiene un gran poder despigmentante capaz de difuminar manchas y hacer que desaparezcan.

Sérum hidratante

Su ingrediente principal es el ácido hialurónico, que estimula la formación de este ácido presente de forma natural en nuestra piel. Es común que con la edad los niveles de ácido hialurónico presentes en nuestra dermis disminuyan y perdamos elasticidad. Pero un sérum hidratante será el chute perfecto de hidratación para recuperar toda su firmeza.

Sérum con vitamina C

La vitamina C ayuda a reducir los daños provocados por los rayos UV y los radicales libres. Los potentes antioxidantes concentrados reducen las manchas dejando una piel más lisa y uniforme. Este sérum es perfecto para pieles maduras ya que reduce las arrugas y líneas de expresión que van apareciendo con la edad.

Sérum para pieles secas

Los sérums más recomendados para pieles secas con los que incluyen entres sus ingredientes antioxidantes y aceites que contribuyen a que la piel esté hidratada. Si tu piel es muy seca elige un sérum con una concentración mayor de aceites.